El Hospital Universitario Infanta Leonor ya está tratando a sus pacientes con una nueva generación de marcapasos sin cables de tamaño reducido, y es el primero en España en implantarlo por un abordaje alternativo, el acceso yugular. Esta versión mejorada tiene una longevidad media de entre 16 y 17 años, lo cual permite que un perfil más joven de pacientes pueda beneficiarse de esta tecnología.
El marcapasos es, actualmente, la forma más habitual de tratar alteraciones en la frecuencia cardíaca y el bloqueo auriculoventricular. De hecho, en España, casi 40.000 personas reciben un implante de marcapasos cada año. El marcapasos actúa enviando impulsos eléctricos al corazón, ayuda a restablecer su ritmo normal y alivia los síntomas que pueden sufrir los pacientes.
El marcapasos sin cables se introduce a través del acceso yugular mediante un catéter, en una intervención mínimamente invasiva. Es capaz de realizar todas las funciones de un marcapasos tradicional, pero evita las complicaciones derivadas de la presencia de cables dentro de las cavidades cardíacas y de una batería alojada bajo la piel mediante un procedimiento quirúrgico.
Los pacientes más jóvenes, candidatos a beneficiarse de este avance
“La implantación de esta nueva generación de marcapasos sin cables supone un gran avance ya que, gracias a su duración superior a 15 años y a la capacidad de proporcionar sincronía auriculoventricular a frecuencias elevadas, pacientes jóvenes y activos pueden beneficiarse de las ventajas de estos dispositivos”, argumentan los cardiólogos del Hospital Universitario Infanta Leonor, Dr. Sem Briongos y Dr. Álvaro Estévez.
Cuando se produce un bloqueo aurículo-ventricular, las señales eléctricas entre las cámaras del corazón (las aurículas y los ventrículos) dejan de estar coordinadas. La terapia habitual para tratar este trastorno es la implantación de un marcapasos, que sincroniza la actividad eléctrica de las aurículas y los ventrículos.
Al lograrse este proceso, denominado sincronía auriculoventricular, los pacientes logran un mayor flujo sanguíneo desde el corazón al resto del organismo y, en definitiva, una mejora sustancial en su calidad de vida.
Una tasa de éxito superior al 99%
El implante de los marcapasos sin cables se realiza comúnmente por acceso femoral con una tasa de éxito superior al 99%.
Este acceso yugular “ofrece un camino potencialmente más directo y seguro para alcanzar posiciones septales, posición correcta donde se libera el dispositivo en el interior del ventrículo derecho. Esto resulta particularmente interesante en pacientes con corazones pequeños o muy dilatados. Además, se presenta como una alternativa al acceso femoral cuya anatomía puede ser compleja en algunos pacientes, como, por ejemplo, pacientes sometidos a intervenciones previas”, argumentan los doctores.
Asimismo, favorece una movilización temprana de los pacientes, ya que no tienen restricciones de movimiento tras la intervención. Además, se podría realizar el implante de manera ambulatoria, reduciendo así la estancia hospitalaria. Por último, gracias a la posibilidad de controlar estos dispositivos bajo seguimiento remoto, no requiere que el paciente se desplace al hospital, mejorando así su calidad de vida.
La incorporación de esta terapia en el Infanta Leonor está en línea con la apuesta del Servicio de Cardiología, que dirige Dr. Roberto Muñoz Aguilera, por incorporar los tratamientos de última generación que supongan un avance en la mejora de la salud, en la seguridad y calidad de vida de los pacientes y en la gestión de los procesos clínicos.