España ha entrado a la “nueva normalidad”, tras más de tres meses en estado de alarma. A partir del pasado 21 de junio, vuelven a ser las comunidades autónomas las que dictan las normas, restricciones y medidas de prevención específicas para hacer frente a la crisis sanitaria. Pero lo más importante será, sin lugar a dudas, la responsabilidad individual de todos nosotros.
Los gobiernos autonómicos establecen y adaptan medidas concretas para la recuperación de la vida económica y social en sus territorios. Son tiempos de incertidumbre, pero lo más importante es que todos podamos ser responsables con las medidas, flexibles con los planes y empáticos con las demás personas. Sobre todo, sabiendo que el virus no ha desaparecido, y que esta “nueva normalidad” ha venido para quedarse por un buen tiempo, si queremos asegurarnos de estar lo mejor reparaos posibles para el futuro a corto, mediano y largo plazo.
¿Cómo sabemos que ya ha acabado?
Será el Gobierno central el que dé por finalizada la crisis sanitaria provocada por la pandemia, de acuerdo con la situación epidemiológica, con el seguimiento del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), y consultando a las comunidades autónomas sobre la situación particular de cada una. El horizonte lo marcará la llegada de una vacuna o tratamiento que tenga a raya la enfermedad.
¿Qué puedo hacer en la nueva normalidad?
Los españoles podrán viajar y moverse libremente por el territorio de la Unión Europea. Las fronteras se reabrirán en el espacio Schengen -menos la excepción de Portugal, hasta el 1 de julio-. También el 1 de julio será la fecha a partir de la cual se podrá viajar a países fuera del espacio Schengen. En el caso del Reino Unido, habrá que guardar una cuarentena de 14 días allí por imposición del gobierno de ese país. En conclusión: moverte libremente, pero con uso obligatorio de mascarilla (salvo los casos establecidos).
La hostelería, uno de los grandes cambios
La mayoría de las comunidades autónomas ha establecido un aforo del 75% en la hostelería, es decir, en bares, restaurantes y terrazas. También la mayoría ha postergado la apertura de las discotecas, que tendrán a su disposición un aforo más reducido y los asistente son podrán ir a la pista a bailar, solo se podrá consumir sentados. La Comunidad de Madrid, que ha planteado una nueva normalidad en dos fases -acabó la desescalada sin entrar en la Fase 3- plantea mantener las discotecas cerradas en un primer momento hasta el 5 de julio.
Los hoteles también pueden recuperar la mayor parte de su aforo, de sus zonas comunes e incluso se prevé que puedan realizarse actividades de animación en grupos, limitadas a unas 25 personas y preferiblemente al aire libre. Entre los alojamientos, los que ven su capacidad más menguada son los albergues, que no podrán abrir más del 50% si sus habitaciones son compartidas.
¡Las fiestas!
Castilla y León ha suspendido todos los festejos en lo que queda de año en todas las localidades de la región, y no se permiten los encierros taurinos. Canarias tampoco considera en su decreto la celebración de fiestas populares. Otras contemplan la celebración de fiestas y verbenas a partir del 1 de julio, como Baleares y Galicia, que tiene un apretado calendario veraniego de festividades gastronómicas y una gran tradición de música popular.
En Cantabria, la orden expresa es que no se pueden celebrar fiestas populares hasta el 8 de julio; en Castilla-La Mancha, se recomienda no celebrar fiestas hasta el 15 de julio y en Extremadura, hasta el 31 de julio. En Navarra, Pamplona no dará permiso para celebrar actos populares en San Fermín, y prohíbe los almuerzos en la calle.
Quienes sí recuperan la calle son los niños, que por fin verán desprecintados los columpios en los parques, aunque algunos aún deberán esperar unos días, como en Madrid, para poder usar las piscinas. Zoológicos, acuarios, parques acuáticos y parques de atracciones también plantean su apertura con una ocupación máxima del 75% en varias comunidades.
También se levanta el veto para una de las actividades preferidas por niños y jóvenes en el verano, los campamentos y escuelas de verano, que tendrán un aforo limitado por lo general al 75%, más aún en espacios cerrados, y que se organizará por grupos de niños que intentarán mezclarse lo menos posible entre sí.